La ansiedad generalizada destaca por la preocupación y ansiedad frecuente sin motivo aparente. Al igual que ocurre con el estrés laboral, el cansancio mental puede llegar a agotar, incluso desembocar en problemas más serios como una depresión.

Aspectos tan comunes como el trabajo, la salud, la familia o relaciones personales, incluso el dinero, son los temas de preocupación más comunes. En muchas ocasiones no hay ningún problema relacionado a ellos, pero nos alarman en exceso. Este estado puede durar meses, y por tanto hablamos del TAG.

Síntomas de la Ansiedad generalizada

• Te notas o te notan más nerviosa de lo normal, o más irascible aunque no quieras.
• Estás cansada aunque duermas ocho horas por la noche. Te pesan las articulaciones o ves que es imposible que alcances a todo lo que tienes que hacer.
• Te cuesta concentrarte y mantener el ritmo en el trabajo o actividades del día a día.
• Dolor en articulaciones o cefaleas constantes. Incluso puedes llegar a sufrir temblores en alguna extremidad.
• Alteración del sueño. No hablamos sólo del insomnio. También nos encontramos la sensación de no haber descansado bien o de dormir a trompicones. Es frecuente que te despiertes varias veces a lo largo de la noche.

Causas de la Ansiedad generalizada

En general no hay un motivo único por el que se produzca este trastorno, pero pueden influir varios aspectos como los que te enumeramos a continuación:

• Problemas psicológicos de los que no podemos darnos cuenta, pues tiene que ser un especialista quien los diagnostique.
• Ser demasiado exigente y perfeccionista influye de manera negativa en los problemas de ansiedad y estrés. Debemos darnos cuenta de que no podemos controlarlo todo.
• Alguna experiencia traumática que nos haya ocurrido a lo largo de nuestra vida. A veces parece que hemos superado los problemas pero no es así, con lo que necesitaremos ayuda de un profesional.
• Ser hiperprotector o miedoso, ya sea porque nos lo han inculcado desde pequeños o porque nuestra personalidad es así. No se puede vivir con miedo o pensando en que nos van a ocurrir algo trágico.
• Abusar del tabaco, drogas o alcohol es otro factor muy importante. Si notas que abusas del tabaco, quizá ha llegado el momento de que dejes de fumar, tu organismo notará los beneficios que esto supone.

Tratamiento de la Ansiedad generalizada

Lo más recomendable es acudir a un psicólogo o en su defecto a un psiquiatra que estudie nuestro trastorno y nos ayude a conocer de dónde viene. Las terapias, a nivel emocional y cognitivo, son muy buenas como tratamiento para este trastorno, más común de lo que nos pensamos.

La ansiedad generalizada debe ser tratada, pues la persona que la padece no descansa tranquila ni lleva una vida plenamente feliz y satisfactoria.

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¿Te encanta el picoteo? ¿No puedes evitar tomar algo dulce a media tarde o después de cenar? ¿Tienes antojos a menudo? Si te sientes identificada en más de una de estas preguntas, seguramente tengas ansiedad por comer.

Para empezar, debemos diferenciar hambre de apetito. El primero es una necesidad del ser humano para sobrevivir, el segundo habla de placer por la comida y disfrute de los olores y sabores. Y es que, ¿cuántas veces después de acabar llena tienes todavía espacio para un dulce en el postre?

Normalmente se tiene ansiedad de comer cosas dulces (pasteles, chocolate…), muy saladas y crujientes (patatas fritas y cualquier tipo de snacks) o demasiado grasientas (hamburguesas, etc.).  Es decir, todo aquello que es menos saludable. Es más, si nos dieran un plato de acelgas, no nos lo comeríamos. He ahí donde distinguimos hambre de capricho o apetito.

¿Te pasa sobre todo después de hacer deporte? Pues atenta a lo que debes comer antes y después de hacer ejercicio para una dieta equilibrada y cero ansiedad.

Ansiedad de comer: Causas

Hay diversas causas que nos provocan esa ansiedad de comer mucho y a todas horas, te las enumeramos a continuación:

Estar a dieta. El simple hecho de saber que estamos a dieta para perder peso hace que nuestro cerebro esté pensando todo el día en la comida. A esto se suma que muchas veces llevamos a cabo dietas demasiado restrictivas (menos de 1.200 Kcal diarias) y que seguramente dejen apartados algunos grupos de alimentos como los hidratos de carbono, y por supuesto, los dulces.

¿Qué nos pasa? Con la no ingesta de carbohidratos, disminuye la serotonina (la hormona de la felicidad) y nuestro organismo intenta reemplazarla comiendo dulces.

Ritmo de vida frenético. La ansiedad generalizada abarca muchas veces la ansiedad por comer todo lo que tengamos a mano. Y es que, entre el trabajo, la famila y otras responsabilidades, las mujeres del siglo XXI están más que agobiadas. Son los propios nervios los encargados de que el organismo produzca cortisol, la hormona del estrés.

¿Qué nos pasa? Ante este estado de nervios es el propio cuerpo quien pide una ingesta de alimentos dulces o grasos que facilitan la segregación de dopamina, la hormona que nos calma.

Síndrome premenstrual. ¿Cuántas veces dos o tres días antes de que te baje la regla has devorado todo lo que has pillado por medio? Ahora ya tiene una respuesta, el síndrome premenstrual que nos pide dulce para calmar nuestro deseo.

¿Qué nos pasa? En estos momentos, aumenta una hormona (la progesterona) lo que provoca un descenso del azúcar en sangre.

Estar cansada o aburrida. Esos días que te levantas ya cansada por falta de sueño, tu cuerpo intentará buscar en los alimentos la energía que nos haga despertar un poco. En el caso del aburrimiento, es prácticamente lo mismo. No sabes qué hacer y tu cuerpo te pide comer.

Ansiedad de comer: Cómo controlarla

Son nuestras circunstancias personales las que nos llevan a tener más o menos ansiedad por unas u otras causas. Para que no te pase, come alimentos como frutas que contengan vitamina C que mejoran nuestro humor y refuerzan las defensas, 5 nueces al día que nos proporcionará energía, algo de pan en cada comida siempre que hagas dietas y haz deporte, camina o baila cuando te notes estresada. Y en esos días previos al ciclo nada mejor que garbanzos o lentejas que, además de ser ricos en hierro, producen fitoestrógenos, que equilibran la producción de progesterona.

Lo ideal es comer cinco veces al día para que nuestro organismo siempre esté funcionando. Si tienes ansiedad de comer por las noches, tómate un vaso de leche sola antes de irte a la cama, hará que tu metabolismo esté trabajando y no tengas sensación de hambre.

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