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Una montaña rusa de emociones


Una montaña rusa de emociones

Los dos días que estuve ingresada en el hospital después de dar a luz los recuerdos como una auténtica montaña rusa. Subidas y bajadas constantes de emoción, sentimientos, miedo y debilidad. Es realmente difícil explicarlo, porque lloraba mucho pero no había un por qué. Supongo que una vez más lo que me ocurría era el miedo a lo desconocido. De pronto eres consciente de que la personita que está a tu lado depende totalmente de ti y tú tienes que estar a la altura.

Nunca tuve miedo a la depresión postparto, me habían hablado de ello, de que era de lo más normal sufrirlo, también de lo duro que puede resultar si esa situación se alarga y de algo que a mí me resultaba impensable…. El posible rechazo a tu bebé.

 

Por suerte no sufrí nada de eso, sólo los típicos altibajos hormonales. No confundáis la depresión postparto con la “montaña rusa”. Es normal que después de dar a luz estemos agotadas e inseguras y a la vez eufóricas y felices. Mientras estos síntomas solo duren los primeros días, podemos hablar de un proceso de lo más normal. Si perduran, entonces debemos acudir al médico cuanto antes.

Una vez instalados en casa, la situación cambia por completo. Ya estás en tu “hábitat” tus comodidades, tu paz. Muy importante lo de la paz, después de las tantísimas visitas que se reciben en el hospital.

Conociéndome pensé que cuando llegara a casa empezaba lo difícil y complicado. Dos inexpertos totales con un bebé que nos necesita para absolutamente todo…

Para mi sorpresa me manejé estupendamente desde el primer momento con mi pequeño, no tuve ningún tipo de agobio, ni bajón, ni pensamiento negativo. También tengo que reconocer que Enzo era bueno, bueno, buenísimo. Era muy fácil saber que le pasaba cuando lloraba, porque siempre tenía un único motivo: HAMBRE.

Nunca tuvo gases, ni ningún tipo de malestar y nuestro pequeño sólo se limitaba a comer y dormir. Vamos…. ¡¡¡¡Un auténtico angelito!!!!

En mi caso tenía muy claro desde que me quedé embarazada que optaría por el pecho si mi cuerpo me lo permitía. En cuanto llegué a casa después del alta hospitalaria la leche subió y empecé a dar el pecho a Enzo. ¿La etapa de la lactancia? Para mí lo más maravilloso que he vivido hasta ahora. Coger a tu bebé en brazos, acurrucarle en tu pecho y miraros ambos a los ojos no puedo ni explicarlo con palabras. Esa conexión que se crea en esos momentos es tan única y especial que hace que al recordarlo, mi piel se estremezca….

Aunque no os lo creáis, era realmente feliz despertándome de madrugada cada dos horas, solo para poder vivir ese momento una vez más con él.

Cuando la leche por sí sola se me retiró y tuve que empezar con los biberones me costó más de una llorera. Parecerá una bobada, pero es totalmente distinto y a mí personalmente me costó bastante asumir que la etapa de la lactancia había llegado a su fin…

Fuente Foto – Miriam Tejedor